Descripción
El sexismo también existe en la medicina, que sigue siendo andocéntrica e ignora a la mitad de la población: las mujeres no se incluyen en los trabajos de investigación y, cuando se hace, los resultados no se diferencian por sexo. La autora señala la necesidad de dotar de una mirada feminista a la medicina, en la que tener presentes los mandatos de género y los estereotipos de la sociedad para abordar tanto las enfermedades que sufrimos como sus posibles tratamientos.
Necesitamos estudios científicos que nos tengan en cuenta y una medicina adaptada a la mujer para ofrecer tratamientos válidos con los que abordar las enfermedades y dolencias que sufrimos. Necesitamos abandonar el manido diagnóstico que asocia muchos de nuestros males a la ansiedad. Necesitamos estudios profundos sobre los procesos biológicos que sólo nos afectan a nosotras. Los necesitamos y los queremos.
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