Sexting positivo

Reproducimos aquí la entrevista que Nuria Corinado y Nuria Varela realizan a nuestra compañera de DoFemCo Cristina Lozano sobre la denuncia de la guía #SextingPositivo publicada el 4 de febrero 2023 en La República.


La Guía “Sexting positivo” del Principado de Asturias “anima a menores a realizar pornografía infantil”

Según denuncia Cristina Lozano, portavoz de Dofemco, el texto invita también a conocer las “mil maneras que hay de seducir y provocar”

[Portada de la guía]
Ojiplática. Así se quedó la profesora de Filosofía de secundaría Cristina Lozano después de conocer a través de un grupo de WhatsApp de docentes en el que está, una nueva guía editada por el Conseyu de la Mocedá y dirigida a jóvenes de entre 14 y 16 años. “Me saltaron todas las alarmas cuando leí el título Sexting positivo y que este fuese asociado a un material didáctico dirigido a segundo ciclo de la ESO”, dice la también representante de Docentes Feministas por la Educación.

Y su intención no la traicionó. “Fui a consultarla y de inmediato me vinieron a la cabeza las palabras de Irene Montero sobre el derecho a la libertad sexual de la infancia. Pues bien, esta guía anima al alumnado a realizar prácticas que podemos catalogar como pornografía infantil asegurándoles, además, que si lo hacen con los consejos que cuentan en este material no van a correr ningún riesgo”, recalca.

“El sexting no es un problema”

El material -escrito por Soraya Calvo González e ilustrado por María Rodríguez Suárez, ambas mediadoras del grupo de salud de dicho organismo del Principáu d’Asturies y lanzado en castellano, asturiano y gallego-, nace por la escasez “de materiales didácticos e informativos en castellano que den claves para entender el sexting como una herramienta y una práctica y no como un problema. Si nadie nos ayuda a entender, comprender y profundizar, ¿cómo podremos evitar los riesgos?, ¿Cómo podremos tomar decisiones conscientes y reflexionadas?”, declararon sus autoras en su presentación.

Para ambas se trata “de una práctica erótica consensuada entre dos personas o más que tienen una relación personal de algún tipo, con una finalidad positiva y de disfrute y en la que todas las personas indicadas tienen la capacidad de tomar decisiones. En la guía hay recomendaciones para hacer sexting de manera más segura y evitarte sorpresas desagradables: piensa que lo que compartes en internet, aunque sea de manera privada, puede estar a la vista de otras personas y conviene tomar precauciones. Y si por algún motivo una situación de sexting se te va de las manos y se convierte en algo que no deseas, encontrarás consejos sobre qué hacer y contactos de atención especializada”.

Una visión que no solo no comparte esta profesora de Filosofía de secundaria. Tampoco el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE). Para dicho organismo “el sexting es una práctica de riesgo extendida entre adolescentes que conlleva peligros.  Padres, madres y adolescentes deben conocer que consiste en el envío de fotografías o vídeos producidos por una misma persona con connotación sexual a través del teléfono móvil u otro dispositivo con conexión a Internet. No es un problema de seguridad en sí mismo, sino una práctica de riesgo, sobre todo cuando implica a los menores de edad. El riesgo está en que, una vez enviados estos contenidos, pueden ser utilizados de forma dañina por los demás”.

Así las cosas, esta guía para Lozano es una temeridad. “Nos encontramos con una guía que aconseja al alumnado menor de edad practicar sexting con dos condiciones. La primera que lo hagan como dice el título de manera positiva y la segunda que se practique de forma segura. Animan a las chicas y los chicos a que confíen en la persona a la que van a mandar fotos y vídeos y a hacerlo de una manera consentida. dicho material afirma que hay mil maneras de seducir y de provocar, lo cual se asemeja más a un curso de pornografía que a cualquier otra cosa. Con este tipo de mensajes irresponsables se avanza en la hipersexualización de menores y se proponen charlas y talleres en institutos ante la alarma del profesorado y el desconocimiento de las familias”.

Por su parte, Nuria Varela, directora de Igualdad del Gobierno del Principado de Asturias añade que esta guía “es inadecuada no solo por el contenido sino también por el alumnado al que va dirigido. Su redacción es muy confusa y blanquea una práctica que provoca violencia sexual en niñas y mujeres. Además, acude al término personas como si fuese igual el número de niños y hombres afectados cuando no es así”.

A esto Varela suma que “el lenguaje elegido en la guía: maquilla la realidad de lo que es el sexting: un delito. Utiliza expresiones como conflictos o problemas”. También añade que “otro déficit de la misma es que cuando se habla de cómo solucionarlo no menciona a las madres o los padres como ayuda fundamental. Tampoco menciona un recurso tan importante al que acudir como es el Centro de Crisis para víctimas de agresiones sexuales del Principado de Asturias, un espacio público de referencia que acaba de cumplir más de dos años y donde se ha atendido a 345 mujeres víctimas de violencia sexual y de ellas 68 son menores de edad. Banalizar la violencia sexual con esta guía no está nada bien”.

“Se necesita coeducación, no pornografía”

A esta banalización Cristina Lozano de Dofemco destaca otro detalle no menos importante y es que el vídeo que acompaña a la guía muestra escenas de desnudos de menores y sexo explícito. “La educación afectivo-sexual tanto en contenido como en forma debe estar adaptada a la edad del alumnado a la que va dirigida. Y el sexting no es una práctica sexual adecuada para menores. No se trata de decirles lo que no tienen que hacer para protegerse. Se trata de protegerles, como responsables de su seguridad que somos, de toda aquello que puede hacerles ser víctimas de explotación sexual”.

Por eso a Lozano no le duelen prendas al afirmar que “lo que necesita el alumnado no es pornografía, es coeducación. Lo que requiere el alumnado -sobre todo las niñas- es aprender a ser asertivas -saber decir no a lo que no desean sin sentirse culpables o ceder al chantaje-, no necesita mensajes que blanqueen la prostitución y la pornografía. Necesitan espacios seguros. Los centros educativos no deben ser lugares donde sexólogas o sexólogos adoctrinen a menores y adolescentes. Otra cuestión problemática es el poco conocimiento que tienen madres y padres sobre este tipo de aprendizajes en los centros escolares de sus hijas e hijos. Se está produciendo una hipersexualización de la infancia que nos preocupa profundamente”.

Un adoctrinamiento que no solo se produce con esta guía. La ilustradora y sexóloga de de Sexting Positivo, María Rodríguez Suarez, colaboró en otro material didáctico sobre cómo influye la pornografía en el imaginario sexual de los jóvenes y la necesidad de la educación sexual. Según Rodríguez “se puede consumir porno, pero con criterio. Hay que interpretarlo de forma crítica”.  

Una visión que en nada comparte Mónica Alario, autora de Política Sexual de la pornografía, ya que al igual que no hay pornografía feminista tampoco puede haber una forma crítica de verla y menos cuando se trata de menores que aprenden a consumirla como escuela de sexualidad. “Convertir pornografía y sexo en sinónimos supone ocultar la implicación y los intereses económicos de la industria de la pornografía y de la explotación sexual en normalizarse y expandirse. Si es sexo lo que presenta la pornografía entonces no tiene sentido la lucha feminista por erradicar la violencia sexual y construir una sexualidad en que no se reproduzcan la desigualdad de poder entre hombres y mujeres. Contextualizar la violencia contra las mujeres en su dimensión estructural permite hablar del continuo de la violencia sexual contra nosotras”, tal y como explica en su libro.

Además, María Rodríguez Suarez aprovechó este material sobre la pornografía para hacer sinónimo sexo y género explicando que “existen orientaciones diferentes (heterosexualidad, homosexualidad, bisexualidad, pansexualidad, asexualidad) y todas las personas tienen derecho a vivir libremente la suya según sus preferencias”. Por ello recomendaba dejar de pensar en el binarismo “como algo cerrado y rígido como nos han hecho pensar” y ver que “existen realidades, vivencias, cuerpos, experiencias y sexualidades diversas. La identidad de género es el sentimiento de ser hombre o mujer o de un género no binario. Este proceso de identificación afecta al modo en que sentimos y expresamos emocionalmente nuestro género. Existen personas cis, cuyas identidades coinciden con el sexo y género asignados al nacer y personas trans, cuyas identidades de género no coinciden. La identidad de una persona la define la persona y esta debe ser tratada como se siente”.

Una interpretación que tal y como recalca la docente Cristina Lozano “es totalmente adoctrinadora, hace que se arraiguen los estereotipos sexistas en lugar de quitarse y va en contra de la coeducación como factor de protección para las y los menores. Tenemos que educar para conseguir la igualdad entre niños y niñas, entre mujeres y hombres. Se basa en la realidad material y en la ciencia. Enseña a aceptar el propio cuerpo y a crecer libres de estereotipos sexistas. Es una educación para vivir la infancia y la adolescencia sin ser manipulados por intereses adultos. Además, las docentes y los docentes, en muchas ocasiones, reproducen de forma inconsciente los estereotipos de género”.

Más casos además del asturiano

Pero este blanqueamiento de un delito en #SextingPositivo no es una excepción. Ya en 2018 la Plataforma Front Abolicionista del País Valencià pidió sin éxito, la retirada de Els nostres cossos, els nostres drets, un manual publicado por la Consejería de Educación, Cultura y Deporte que se vende como “afectivo-sexual para jóvenes y adolescentes” y que la asociación feminista  valenciana catalogó de “perniciosa para la comunidad educativa al presentar la idea de hacer sexting o desnudo en las redes sociales a través de fotografías o videos, como algo normal sabiendo el riesgo que corren y como les puede afectar en su presente y futuro. En los apartados donde hablan de diversidad funcional, en lugar de discapacidad, se introduce el término del porno inspiracional que es el hecho de videograbar cómo se masturba de una persona con algún tipo de discapacidad cognitiva”.

El Front también denunciaba que este guía se pronuncia entre otras cosas, a favor de la pornografía sin considerarla como la escuela de violencia sexual hacia las mujeres, “carece de referencias sobre la prostitución como violencia sexual hacia la mitad de la población, se pronuncia a favor de la pornografía ya que no la ve como una escuela de violencia sexual. No hay ninguna actividad que trate de hacer reflexionar al alumnado sobre las consecuencias del consumo de la pornografía ni del peligro de ser su referente de sexualidad. En lugar de presentar ejercicios que prevengan su consumo induce al alumnado a verla y practicarla llegando a aparecer el concepto de “porno vengativo” como empoderante. También es favorable a los vientres de alquiler, trata de forma confusa el sistema sexo-género y fomenta la hormonación temprana y modificaciones corporales a menores sanos”, tal y como denunciaron en su día.

Así las cosas, lo que Cristina Lozano urge es a denunciar este tipo de materiales y a mejorar en los centros educativos para aplicar una coeducación real. “Alertamos sobre estas situaciones y animamos al profesorado y a las AMPAs de los centros a que se opongan a este tipo de materiales y charlas que, en ningún caso pueden considerarse como sinónimo de educación afectivo sexual. La aplicación rigurosa de las leyes educativas exige la implementación de Planes de Igualdad en los documentos del centro, incluyendo intervenciones específicas para el desarrollo de actividades relacionadas con la igualdad entre mujeres y hombres. Entre ellas ocupa un papel clave la revisión del material didáctico. Es urgente trabajar de manera inmediata porque los pequeños cambios que se van logrando día a día son fundamentales para lograr la libertad y la igualdad plena. Toda la comunidad educativa tiene que trabajar para la consecución de una auténtica coeducación libre de estereotipos sexistas y de roles de género”, finaliza.


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