“Infancia trans” significa torpedear la coeducación

Reproducimos aquí un extracto del artículo “Bigotes de tigre” de Lluís Rabell en relación a las consecuencias de las leyes trans en la infancia y la adolescencia:

No sólo las mujeres verán amenazados sus derechos y sus espacios. Oficializar la existencia de una infancia trans significa torpedear la coeducación –  que evoca el propio anteproyecto -, promoviendo los más rancios arquetipos sexistas. Escuchar a un niño explicar que “es consciente” de haber nacido en un cuerpo equivocado, repitiendo un discurso manifiestamente inducido por adultos y evocando percepciones ajenas a su edad, debería encender todas las alarmas. Digámoslo sin ambages: eso es maltrato infantil. Y la lógica de cuanto se avecina va en la línea de una inquietante sexualización precoz de la infancia.

Por no hablar del riesgo que supondrá para los adolescentes el hecho de que los sentimientos de disconformidad con sus cuerpos, frecuentes en esa difícil etapa de cambio, en lugar de ser debidamente atendidos por profesionales competentes, sean orientados hacia una transición. Visto el entramado legislativo autonómico, el artículo 16 del Anteproyecto – que prohíbe “los métodos, programas y terapias de aversión o contracondicionamiento en cualquier forma” – podría aplicarse a cualquier psicólogo que contrariase el sentir de un joven o de una muchacha en medio de una crisis personal. El pretendido enfoque “despatologizador” – que impedirá la detección de trastornos, traumas previos o, simplemente, pulsiones homosexuales rechazadas por el entorno – no hará sino inducir la demanda de tratamientos agresivos por parte de muchos adolescentes. En los países donde existen legislaciones similares, resulta llamativo el número creciente de niñas, violentadas por las pautas de feminidad que les son exigidas, que desean “cambiar de sexo”. Pero, no son sus cuerpos los que están mal, sino la sociedad. ¿Tendremos que esperar a ver niñas, irremediablemente mutiladas, que al cabo de unos años piden detransicionar – como ya está ocurriendo en Inglaterra o en Suecia – para darnos cuenta del daño infligido a una generación?

Podéis leer aquí el artículo completo: Bigotes de tigre


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