Empoderamiento

Estamos acostumbradas a ver mujeres en diferentes situaciones con el lema “empoderamiento”, pero a veces no acabamos de distinguir qué cosas son de verdad empoderantes y cuáles no lo son y por qué. ¿Es empoderante porque lo digo yo? ¿Cualquier cosa puede ser empoderante si la chica en cuestión así lo siente?

Aquí tenemos un ejemplo:

Vemos a una chica que viste de manera provocativa, acapara todas las miradas de hombres y mujeres y vemos que tiene mucho “power”. Parece que viste así porque le da la gana, se ve súper sexy, no somos nadie para decirle nada porque ella hace lo que quiere, y si no nos parece bien es que somos nosotras que tenemos envidia. Pero… ¿realmente es así?

Al vestirse de manera sexy, lo que está haciendo es potenciar la creencia de que debemos “competir” entre nosotras para acaparar la atención de los hombres y recibir su aprobación. A la vez, se está cosificando, convirtiéndose en un producto para el consumo y disfrute de los hombres.

¿Significa eso que no nos podemos vestir sexy? No. Eso no significa que no podamos ir sexy, pero debemos saber que de esta manera no nos estamos “empoderando”, sino todo lo contrario. Justamente ese “vestir sexy” es lo que se espera de nosotras: que nuestro cuerpo sea nuestro mayor valor, que estemos “buenas” y lo potenciemos, empleando toda nuestra energía en convertirnos en lo que los chicos quieren que seamos, no lo que de verdad somos.

 


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